La infancia es la etapa en la que se sientan las bases para el resto de la vida.
Debido a ello, los problemas que se presenten en estos primeros años y no se resuelvan, tendrán consecuencias en la vida futura del niño. Los más pequeños también sufren de ansiedad y depresión entre otros problemas. Sin embargo, los síntomas son muy diferentes a los de los adultos (se muestran irritables, agresivos, desobedientes…), de ahí, que no sean tan evidentes. Es fundamental intervenir lo antes posible.
Los niños suelen responder muy bien a la terapia, en parte gracias a su plasticidad neuronal, que les permite aprender rápido a afrontar las dificultades e integrar las nuevas herramientas con mayor facilidad.
Si vuestro hijo presenta alguna de las siguientes dificultades, será para mí un placer poder ayudarle: